Relatos Parte I.
Hola mis queridos lectores!!!!!!
Hace algunos días mientras buscaba un libro, me encontré con una libreta donde solía escribir pequeños relatos. No me acordaba de esa libreta, creo que la escribí hace unos seis o siete años, no lo recuerdo bien. Por ahora les dejo uno de tantos relatos, espero les gusten.
Recuerden que todo lo pueden descargar dándole click a la pestaña de descargas.
Mi
querido amor:
No
sé cómo empezar a escribir esto, pero creo que debo empezar por el principio.
Por ese día soleado, cuando me estaba muriendo del puto calor. Siempre lo he
dicho: ¡ODIO EL CALOR! Como sea. ¿Te
acuerdas de ese día? ¿No? Pues yo sí. Porque ese día se convirtió en uno de los
mejores de mi aburrida vida.
Recuerdo
caminar por el parque. Recuerdo tomar un refresco. Recuerdo aplastar la lata y
guardarla en mi bolsa. Recuerdo empezar a caminar otra vez. Recuerdo sentir el
suelo moviéndose. Recuerdo ver todo borroso y ¡Zaz! Azote contra el suelo. Recuerdo abrir los ojos y verte, tus
hermosos ojos negros, tus cejas raras, tu nariz delgada, tu pelo cayendo en tu
frente, tus manos en mi cara. Te recuerdo. ¿Ahora te acuerdas? Ese día conocí a
mi príncipe azul. ¡No te rías! Estoy
segura que lo estás haciendo en este momento. Te debes estar rascando la cabeza
como si tuvieras piojos. ¿Sabías que haces eso cuando te ríes? Es como un tic. También
mueves tus enormes pies cuando te pones nervioso, miras ese viejo reloj que
nunca te quitas cuando mientes, mueves los ojos cuando estás enojado y mi
favorita, sonríes al dormir.
Sé
que probablemente no quieras saber de mi existencia, pero ese es el problema y
es algo que nunca entendiste. Es MI
existencia. O al menos lo era hasta que me acompañaste en la ambulancia estar
tarde.
La
última vez que nos vimos, dijiste muchas cosas. Cosas que no quería escuchar
pero que ya sabía. ¿Cómo llegamos hasta eso? ¿Por qué perdimos una hermosa
amistad? Creo que yo tengo la respuesta.
Empezamos
a sentir.
También
sé que no te respondí después de que me besaras. Lo sé. Y créeme cuando te digo
que no haberte dicho las cosas en ese momento, es y siempre será mi más grande
error. Pero quiero que seas muy honesto, por favor.
¿Qué
demonios esperabas que respondiera a tus palabras? ¿Cómo debía actuar?
No
lo sé.
Tal
vez querías que te dijera que sentía lo mismo, tal vez querías que brincara a
tus brazos, tal vez querías que te besara y luego hacer el amor.
¿Eso
era lo que querías? Pues entonces no me conoces nada bien.
¿Cuánto
tiempo llevamos de conocernos después de esa tarde calurosa? Ocho o nueve
meses. Un poco más, un poco menos. Ahora dime, ¿Alguna vez te insinué algo más
que mi amistad? Yo no lo recuerdo.
Creo
que fue cuando corrí y te deje solo en la sala, justo después de encerrarme en
el baño cuando me gritaste a través de la puerta y me pediste una oportunidad.
Cuando deje de escuchar tu voz, cuando escuche la puerta cerrarse, fue en ese
momento que me di cuenta de mi error. Te amaba.
Lo
que no puedo recordar es el momento en el que nuestra amistad cambio y se
convirtió en amor. Tal vez fue ese domingo en la feria cuando me obligaste a
subir a la montaña rusa o tal vez fue cuando me llevaste al cine y soportaste
una película cursi o tal vez fue cuando nos mojamos bajo la lluvia esa tarde y
terminamos abrazados en la sala viendo una telenovela. ¿Tú lo sabes? Porque yo
no. Pero eso no importa. O tal vez si debería. Pero ahora no es el momento.
Han
pasado varias semanas desde que hablamos. Semanas en las que te he extrañado y
he añorado esos momentos que pasábamos juntos. Pero estoy completamente segura
de que soy la última persona en este mundo a la que quieres ver. Así que me
decidí a escribirte esta carta y explicarte mis razones por las que no puedo
aceptar tu amor. Soy cobarde. Lo sé y lo admito. Debería decirte todo esto de
frente. Debería pararme frente a tu oficina y esperar hasta que salgas. Pero tú
lo dijiste, soy una cobarde.
Podría
hacer una lista pero ambos sabemos que estaría mintiendo. Escucha o más bien
lee. La única y verdadera razón por la que no puedo aceptarte es muy simple.
Es
porque te amo.
¿Irónico,
cierto? Pero es la verdad.
Amo
cada parte de ti. Amo tu molesta forma de comer, amo tu tonta obsesión por el
soccer, amo que seas inocente con las personas (aunque después aprendí que solo
lo aparentas), amo tu estúpida generosidad, amo tu maldita sonrisa, amo tu
maldita actitud positiva, amo tu inalcanzable caballerosidad, amo cada maldita
parte de ti…pero también te odio. Odio que hayas sido el primero en hacerme
sentir esto, odio sentirme frágil cuando estoy a tu lado, odio la maldita
necesidad de sentir tus brazos rodeándome, odio tu estúpida risa, odio tus
ojos, odio tu boca, odio tus labios, odio tu voz, odio todo de ti. Simplemente
de odio.
Te
amo y te odio.
Pero
eso tú ya lo sabías. Mucho, pero mucho antes que yo.
¿Sabes?
En este momento estoy sentada en la mesa con la estúpida máquina de escribir
transcribiendo todo lo que está escrito en esa carta porque la que escribí a
mano esta mojada. Pero en cuanto leas esto, quiero que sepas y por favor lo
entiendas, no me encontrarás.
Te
amo mi amor.
Te
amo con toda mi alma.
Te
amo con cada parte de mi corazón.
Es
extraño, pero te pertenezco. Aunque nunca hicimos el amor y solo nos besamos
una vez. Te pertenezco.
Una
vez me preguntaste por qué no trabajaba. Me preguntaste por mi familia a la que
no conocías. Me preguntaste por mis amigos. Nunca te respondí. Así que planeo
responderte todas y cada una de tus preguntas ahora mismo. Espero que después
de esto me entiendas un poquito y me olvides.
Muy
bien, pregunta uno: ¿Por qué nunca trabajas?
Respuesta:
Tengo treinta años, he pasado los últimos seis años de mi vida dedicada en
cuerpo y alma a mi trabajo. Tenía un buen y excelentemente pagado trabajo.
Durante ese tiempo nunca me permití disfrutar de mi vida. Me dedique
completamente a ganar dinero. Trabajaba toda la semana, nunca tomaba descansos
y en mi tiempo libre seguía estudiando para ser la mejor. Cuando cumplí los
veintinueve toque fondo. Decidí o más bien, el destino me hizo dejar mi trabajo
y me obligó a empezar a vivir…o al menos a intentarlo. Así que para no hacer
esto más largo, trabaje mucho, gane mucho dinero y ahora ya no tengo que volver
a hacerlo en toda mi vida.
Pregunta
dos: ¿Por qué nunca hablas con tu familia?
Respuesta:
Algunos meses antes de cumplir los veintinueve, digamos que tuve una pelea muy
fuerte con mis padres y mis hermanos. Discutimos mucho, gritamos y dije muchas
cosas de las que me he arrepentido y me arrepentiré el resto de mi vida. Ni
siquiera recuerdo el motivo de nuestra pelea, pero si recuerdo las palabras de
mi madre cuando me corrió de la casa y me exigió nunca volver a pisar ese
lugar.
Pregunta:
¿Qué no tienes amigos?
Respuesta:
Si, o al menos los tuve. Pero las amistades son como una planta, si no la riegas
tarde o temprano se seca. Y eso me paso. Deje de contestar llamadas, deje de
verlos, deje de salir así que ellos también dejaron de llamarme y buscarme. Yo
los aleje. Tal y como te aleje a ti.
Ya
son seis hojas y ya me pase, así que esta será la última hoja. Cuando leas esto
no podrás encontrarme. Mi celular esta cancelado, mi departamento está vendido,
mi carro lo regale, mi cuenta del banco la cancele, mi email lo cerré y mis
redes sociales las deshabilite. No me estoy ocultando. Solo estoy desapareciendo…para
siempre.
Así
que para terminar quiero decirte algunas cosas que estoy segura no sabías de mí.
1.-
Nunca he tenido un novio formal.
2.-
Le tengo fobia a las alturas.
3.-Me
gusta la carne aunque diga que soy vegetariana.
4.-
Mi cabello es café no rojo.
5.-
Odio usar vestidos.
6.-
Me gusta la poesía, aunque siempre lo negué.
7.-
Nunca he terminado nada de lo que he empezado.
8.- Me
gustan las películas de Barbie, te mentí cuanto te dije que eran de mis
sobrinas. Son mías.
9.-
Me hice una operación hace años para adelgazar las partes que no se bajan con
ejercicio, le dije a mi familia que iba a España pero estuve tres meses
encerrada en un hospital recuperándome.
10.-
Estoy enferma. Cáncer terminal. Ahora mismo estoy en una habitación de un
hospital, le he pedido a una enfermera que te haga llegar esto cuando ya no
esté aquí. Así que…bueno es por esta razón por la que aleje a todos de mí. Y
entonces apareciste tú y arruinaste mi plan de morir sola y odiada por todos.
11.-
No llores por mí.
12.-
Siempre te amaré.
13.-
Y este no es un dato, es una petición. Por favor, por favor. Olvídame y se muy
feliz.
Te
amo y siempre te amaré.
Atentamente:
Tú terca y obstinada loca.
Comentarios
Publicar un comentario